Un poco de contexto: hace casi exactamente un año empecé a escuchar The National, esa banda de amorosos y melancólicos ancianos yanquis. Pero sólo recién hace unos meses empecé a meterme a grupos de Facebook sobre memes y análisis de canciones de la banda (sucede que eso, en mi cabeza, es como pasar del noviazgo a la convivencia: no sólo me gusta tu música, sino que ahora también quiero compartir risas y reflexiones con otros obsesivos, e inundar mi inicio de cosas que pueden arrancarme alguna sonrisa). Hasta el momento había sido parte de grupos de Facebook sobre Radiohead. Y del contraste entre ambos grupos surgió mi primera sorpresa: la gente que es "fanática" (o entusiasta) de The National está compuesta en primer lugar por un 50% de mujeres blancas extrañamente sensibles a los mensajes de la banda. 'Extrañamente' digo, porque el otro 50% son varones adultos, algunos de los cuales ya es evidente que están entrando en la tercera edad. Además de este dato demográfico, los fanáticos de The National son a) extremadamente amables, b) cálidos y cordiales, c) fanáticos comprometidos emocionalmente con la banda que sin embargo logran evitar caer en el lugar snob y horripilante en que caen (¿caemos?) muchas otras personas. Los posteos de los grupos de The National son honestos, directos, a veces emocionantes. Los de Radiohead, por otro lado, son lo contrario: a) suelen ser agresivos o despectivos o desagradables, b) el 90% de lo que se postea es crap (mensajes irónicos o sarcásticos), c) se desalienta la reflexión seria o la comunidad sana en torno a la banda. Mi primera sorpresa en Internet este último tiempo fue corroborar, felizmente, lo linda que es la gente que gusta de The National, y lo verdadera que es esa sentencia que dice que los fanáticos de Radiohead son una manga de desagradables pretenciosos y pelotudos.
Mi segunda sorpresa -que más bien fue una caricia al alma- fue encontrar lo que creo es la descripción más ajustada y verdadera sobre una banda que leí en mi vida. Hace unas semanas, en un grupo de Facebook, leí algo así -parafraseado es más cómico, pero el espíritu está intacto- como que The National era música para padres casados que están llorando angustiados en el baño del bar donde están compartiendo una fiesta con compañeros del trabajo porque medio borrachos chaparon con una colega y ahora lo único que quieren es estar abrazados a sus esposas en su cama. Dos cosas: primero, la gente que comentaba y reaccionaba a la publicación se reía, coincidía y nadie atacaba a nadie (tan sólo una fantasía que eso suceda en un grupo de Radiohead). Segundo, realmente nunca leí que tres lineas captaran de forma tan dramática, directa y justa el quid, el 'asunto', el 'de qué se trata' una banda -en este caso, The National-.
¿Banda de papás, o banda de papurris?
No es que The National sea música de cornudos, depresivos o algo por el estilo. Pero algo de esa frase da justo en el clavo. Parte lo explica el hecho de que la banda es un poco atípica: los integrantes promedian los 50 años de edad, no se ajustan al estereotipo de 'rockeros', hacen una música intensa pero tranquila, que no tiende a 'salirse de los bordes'... e incluso, Matt Berninger se ajusta a la descripción que parafraseé: el cantante y líder artístico de la banda ha dicho en muchas entrevistas que siente culpa por hacer tours y no tener contacto con su mujer y sus hijas en períodos prolongados de tiempo. Al tipo le pesa la distancia, la culpa de ser un padre ausente, y la culpa de las consecuencias que eso puede acarrear.
A pesar de eso, la cuestión 'biográfica' no agota todo el hecho de que aquella frase dé en el clavo. Es la música, y las letras, y el mensaje de la banda, lo que hace que ese mensaje (que mezcla arrepentimiento, idiotez, y una humanidad muy básica y cruda) sea tan cierto.
The National empezó como una banda sencilla y crota. Su disco debut y homónimo, del año 2001, es un tipo de rock alternativo acústico y tranquilo del que no se destacan muchas canciones (una canción interesante lleva el nombre de Anna Freud y alude a la vida de la célebre hija del padre del psicoanálisis). Un replanteamiento interno hizo que la banda se la jugara más y en 2003 publicaran "Sad Songs for Dirty Lovers", un disco que representa una evolución enorme para un plazo relativamente minúsculo de dos años. En el disco se destaca una canción que, nunca intentó ocultarlo, es Matt Berninger describiendo precisamente sus miedos sobre las consecuencias de abandonar y dejar insatisfecha a la persona que uno ama (en su caso, su esposa). Slipping Husband (que se traduce como 'marido que se resbala', o más bien que cae) narra la encrucijada de un marido que se dice a sí mismo que tiene que cambiar la táctica porque a fuerza de estar sola, su mujer está cada vez más alejada y poco contenida. El subtexto es sexual, pero el problema es más profundo: ser padre y ser estrella de rock son estilos que no se llevan bien, y unos besos en la frente de sus hijos no van a llenar el vacío que el narrador está dejando en sus vidas. "You'll end up talking to the ghost / Of your wife as if you knew her / Your eyes will put her everywhere", canta Berninger, tironeado entre su vocación y las formas que encuentra para hacer frente a un desafío tan grande -principalmente, el alcohol-. Lo mismo se ve en Afraid of Everyone, donde Matt dice que con su hijo en hombros trata de no herir a nadie -de no decir demasiado en sus letras, de no comerse el cuento de la fama, de no alienarse de sus seres queridos-, pero que a veces no tiene a mano las drogas (como el alcohol) que le dan precisamente ese superpoder.
Esposas, compromisos, intoxicaciones, y lejanías que son más potenciales que reales: Matt casi constantemente canta sobre los tumultos del amor y de las relaciones. Pero -y esto es lo original de The National-, son relaciones 'maduras', evolucionadas, donde los tumultos son los clásicos problemas que surgen después de años y años de conocer a la otra media naranja. En Cherry Tree, alguna de las dos partes (probablemente la interlocutora) está a punto de hacerle al narrador una confesión en el contexto de una discusión de pareja, y la presión y la ansiedad empiezan a aplastar a ambos. El narrador pide que dejen el tema, que no quiere saber: metafóricamente se siente como un cerezo, que por sí sólo es un árbol bastante macizo; pero su pareja, con la que está discutiendo en público y que está por confesar un crimen, está afilada como un hacha y viene bajando con toda la fuerza. El desastre inminente se acompaña por las guitarras arpegiadas, el bajo repetitivo y un crescendo de violines que nos hace experimentar la asfixia progresiva de la pelea. La imagen del narrador pidiendo piedad y consultar las cosas con la almohada se repite en varias canciones, en particular en Fake Empire, la increiblemente hermosa canción que abre 'The Boxer', el quinto disco de la banda: "Let's not try to figure out everything at once / It's hard to keep track of you falling through the sky".
Extrañamente para un hombre felizmente casado y nunca infelizmente divorciado, no todas las letras de Berninger son así como dije recién, y en muchas, cuando mira al lado solo encuentra soledad y silencio. Por alguna razón, esas me parecen las mejores canciones, las canciones más complejas, más precisas. Aquellas donde el narrador soliloquea y le dice a una versión imaginaria de su ex pareja que vió a su madre en una plaza, para después decir que en realidad no llegó a ver bien y que podría haber sido cualquier persona. O las canciones sobre lo necesario y doloroso que es seguir adelante después de una ruptura. En All Dolled-Up in Straps, el narrador ve a su ex pareja producida y arreglada junto a otra persona mientras se dirigen a algún lugar. "Now, love, where have you been? / Where have you been?", se pregunta en su cabeza Matt, intentando llenar el vacío del tiempo perdido.
Anyone's Ghost, una de las composiciones mas bellas de la banda, y punto álgido del sexto disco de la banda 'High Violet', tiene todos estos elementos: un hombre enamorado e involucrado, y una mujer que se distancia de él sin confrontación y de forma indirecta -a través de mentiras pequeñas-. Según el narrador, la mujer le espeta de forma irónica que él es, y ha sido, demasiado depresivo: "You said it was night inside my heart, it was / You said it should tear a kid apart, it does". La ruptura y la avalancha causan una debacle, pero el narrador le miente a sus amigos para calmarlos, restandole importancia a lo que siente: "I had a hole in the middle where the lightning went through / I told my friends not to worry". A pesar de que el narrador no quiere ser la sombra o el fantasma de nadie, y a pesar de la ruptura, el tipo no quiere a nadie más que a ella. Todo esto en tan solo 4 acordes y una instrumentación tan sencilla como potente.
Anyone's Ghost en una casa embrujada
Como una buena banda de viejos, The National mejora cuanto más pasan los años. Es por eso que sus últimos tres albumes son uno mejor que el otro. En 'Trouble Will Find Me' del 2013, la banda presenta algunas de las canciones más directas y menos metafóricas que han compuesto. En la canción I Need My Girl, el narrador sencillamente recuerda mejores tiempos con su pareja actual y, desde una fiesta llena de punks y drogadictos, trata de llamarla para escuchar su voz. En Fireproof, el narrador se queja de la frialdad y del engaño de su pareja actual (¿o ex pareja? Con The National a veces no se sabe), y desea retroceder el tiempo para guardarse algunos de todos los secretos que compartió con ella, dado que ella parece guardar muchos para si. Él es sensible y dirigido por emociones; ella es controlada, racional y 'a prueba de balas': una fachada, pero una efectiva, después de todo. Y en Pink Rabbits, cuya belleza es realmente impactante, el narrador se encuentra sorprendido porque su ex vuelve a aparecer en su vida, y quiere darle otra chance a la relación. El narrador está congelado: no puede creer lo que está sucediendo, y después de tanto sufrimiento y superación, está en una posición dilematica. Sufrió como sufren los "personajes de las películas" y como las "chicas blancas en las plazas", fue una caricatura de todas las rupturas que sucedieron alguna vez, y ahora ella aparece corriendo y le ofrece bailar. Toda la canción funciona como una confesión verosímil ante ese escenario inverosímil: "Ya me estaba acostumbrando a vivir sin vos, no sé qué hacer ni cómo tomar esto". Es la esperanza dosificada con realidad y con el peso de la superación y del 'moving on', con el agregado de que el narrador recuerda de forma muy clara cómo la relación fracasó y cuales fueron las ultimas palabras de su pareja: "You said it would be painless / The needle in the dark / You said it would be painless / It wasn't that at all".
Sleep Well Beast, el album del año 2017, amalgama preocupaciones amorosas y los temores típicos de Berninger con algunos subtonos políticos, en el marco de la elección de Trump (Turtleneck). Con un sonido por momentos más intenso y abrasivo que el de los discos anteriores, es igualmente un album dirigido por el piano, las cuerdas y la percusión calma. En la composición que abre el album, Nobody Else Will Be There, Berninger captura esos momentos hermosos y exquisitos del comienzo de cualquier relación: el encontrarse medio a escondidas en una escalera de incendios (donde 'no va a haber nadie más'), el estar en camino y tener que preguntar el número del edificio donde vive la otra persona que se está empezando a conocer, el enfrentar el frío gélido (en este caso el de Nueva York) yendo a visitar a ese otro significativo, y los ocasionales desencuentros y malentendidos que se dan cuando mezclamos a un romántico como Matt con mujeres más frías, centradas y lógicas: "Hey baby, where were you back then? / When I needed your hand / I thought that when I stuck my neck out / I'd get you out of your shell". Sin respiro, pasamos a The Day I Die, donde el narrador, luego de varios vodkas, se pregunta en voz alta (o le espeta a una mujer de la que se está separando o distanciando) dónde estarán ambos el día que él muera. La imagen es fuerte: por un lado él asegura que no la necesita más, que casi ya no se ven y que tiene a muchas pretendientes a sólo un llamado de distancia. Pero por otro, está tan involucrado con ella, y la ubica en un lugar tal, que la involucra en un escenario fatal. ¿Cuánto nos tiene que importar una persona para que fantaseemos dónde estará ella cuando a nosotros se nos acabe la mecha, todo se detenga, placa oscura, telón y empiecen los créditos? Y en el otro destacado del album, The System Only Dreams in Total Darkness, se vuelven a mezclar las discusiones, los secretos y las disputas en una historia que puede describir tanto una lucha política como el incendio de una relación. El narrador no entiende por qué su interlocutora se encierra sobre sí misma y le oculta cosas. La relación parece estar dañada de muerte porque, contrario a lo que habían acordado de no dejar entrar a nadie a su espacio íntimo, ahora se han infiltrado personas en la relación -probablemente porque secretos personales se filtraron al exterior-, y ya no son sólo dos en la pareja.
Hace unos meses, The National nos tiró en la cara su ultimo album, 'I Am Easy to Find', que ya desde su título le lleva la contra a la última canción de 'Trouble Will Find Me'. Si en este album Matt confesaba que era Hard to Find, ahora con su último disco -que es el más largo de la banda hasta la fecha y donde colaboran muchas cantantes invitadas- nos dice desde el momento 0 que no está buscando ocultarse y que es facil de hallar. La expresión se explica en la canción homónima, una de las tantas composiciones hermosas y desgarradoras del disco, donde Berninger canta con la Kate Stables. En esta canción, el mensaje es sorpresivamente sencillo: sea como resultado de una pelea, o como intento de conectar luego de ahogarse en la desesperación y los problemas propios, el narrador evita la clásica de 'jugar a las escondidas' y hacerse el difícil con su pareja (¿o ex pareja?) y le confiesa: "I'm not going anywhere / Who do I think I'm kidding? / I'm still standing in the same place where you left me standing". Después de todos los fracasos y de todas las batallas ganadas y perdidas, él le reconoce que aún espera con papel picado, cintas y demás que ella llegue a casa todas las noches. Que alguien elija quedarse con uno a través (y a pesar) de todo es para Matt un motivo de festejo, algo así como una fiesta sorpresa. No sabemos si ella llega efectivamente a la casa o si él se queda todas las noches a oscuras esperando dar una sorpresa que nunca se materializa.
En el tema que abre el disco, 'You Had Your Soul With You', el cantante habla con arrepentimiento de cómo, durante la última discusión con su pareja -aquella que acabó con todo-, ella 'estaba con todo' y él estaba agotado; ella tenía su alma encima, y él estaba vacío; él aún podía hacer una última cosa para solucionar todo, pero que no pudo verla ni llevarla a cabo. En una expresión que todos los seres humanos alguna vez sentimos al quemar puentes que dejamos atrás, Matt canta al unísono con Gail Dorsey: "I have owed it to my heart, every word I've said / You have no idea how hard I died when you left". Las rupturas no quitan la honestidad de las palabras bellas que se dijeron durante una relación (al revés, refuerzan su transparencia y honestidad), como tampoco quitan que todos muramos cuando el otro finalmente se va. Una idea similar se baja en 'Hairpin Turns', que describe, como el título de la canción lo sugiere, los giros de 180º, la intensidad y el "brutalismo" al que asisten el narrador y su interlocutora en su relación, luego de un cambio de formas que queda sin especificarse. Todas las casas de la cuadra se incendian, incluso la suya; y Matt sugiere que ambos pelean siempre por las mismas cosas como si ella quisiera que él aprendiera algo. A pesar de esto, son ambos -Matt y Gail Dorsey otra vez- quienes cantan al unísono, preguntándose, como sorprendidos y sin tenerlo claro, qué es lo que les está pasando.
Hairpin Turns
No creo que todos los "fanáticos" de The National (si es que alguien puede llamarse fanático del dolor y la amargura) piensen tanto como yo en sus letras y en sus vueltas: sé que el sobreanálisis es mi especialidad y la de pocas otras personas. Pero sí me es claro que es una banda con la que no es sencillo, ni fácil, ni gratificante, empatizar y conectar. Es una banda de nicho, y el nicho es más emocional que otra cosa. Por eso supongo que, aunque mi nuevo grupo de amigos en Facebook es por necesidad bastante heterogéneo, en algún nivel todos han sido tocados por la humanidad sincera y desnuda de la banda. En las últimas semanas he entendido mejor qué tipo de 'sensibilidades' buscan a Matt en los recitales, se sacan fotos con él, cantan -llorando- las canciones, y encuentran en él alguna clase de santuario. Entiendo también por qué en el grupo de Facebook los fans no se insultan ni se pegan ni se esconden detrás de ironías que dejan de ser 'máscaras' y se terminan volviendo su personalidad real, y al contrario prefieren ser amables y cálidos, casi como miembros de una gran familia. Ahora también entiendo cómo una banda de 'papás arrepentidos por besar a su colega' le llegan a ese 50% de los fanáticos que son chicas jóvenes blancas. Y es que en las últimas dos décadas, donde el rock se polarizó (o no se habla de amor, o se habla de un amor irreal y estúpido), The National entendió, primero, y elaboró después, una visión madura, realista, hermosa y terrible de las expectativas, los desengaños y las experiencias amorosas. En las composiciones de The National -y en especial las que nombré hasta acá- sus miembros capturan, como casi ninguna otra banda que yo conozco, la mezcla de añoranza, melancolía e idealización (un poco voluntaria y un poco involuntaria) que deja a su paso cualquier ruptura o relación significativa quebrada. Mejor dicho -porque el quid no es la ruptura en sí-, los tipos capturan tanto el riesgo (terrible) como las recompensas (hermosas) de cualquier relación, aunque prefieran enfatizar los escenarios donde esas relaciones empiezan a desintegrarse.