domingo, 16 de diciembre de 2018

20 años desde Terror Twilight (1999): Pavement y el amor abrasivo

Hay un rumor que recorre las heladas laderas de los foros y la prensa indie. Y es que una célebre cancion de una célebre banda británica, identificable por su célebre gancho, es una cierta broma/referencia/descripción de un célebre baterista de una célebre banda norteamericana. La célebre canción es conocida por todos: Song 2, de Blur, que describe en primera persona a un narrador impredecible, violento, y mentalmente perturbado. El célebre baterista, Bob Nastanovich, no es tan conocido por todos, y su banda tampoco. Y esta entrada en A la izquierda del dial cambiará tal magra e injusta situación, a escala planetaria incluso.

Nastanovich era el baterista y tecladista de Pavement, una banda norteamericana que, liderada por el bizarro Stephen Malkmus, tuvo la convulsionada y prematura vida que a veces uno mismo desearía haber tenido: duró diez años, fue meteórica, dejó auténticas joyas, y se quemó y extinguió de forma violenta, no sin antes dejar uno de los discos más extraños, maravillosos y a la vez accesibles e inaccesibles que este jóven marpletense tuvo la dicha de oir: Terror Twilight, grabado en diciembre de 1998 (hace exactamente 20 años), y publicado en junio de 1999.

Antes de analizar el disco, hay una semi-anécdota que tiene que ser explicada para captar la enajenación mental de los energúmenos que componían Pavement, y en particular la de su cantante Malkmus (que, dicho sea de paso, se merece también caer en la órbita de lo que describe "Song 2" de Blur). El segundo disco de Pavement, "Crooked Rain, Crooked Rain" de 1994, es un disco relativamente coherente de indie: ligeramente extraño, con cambios de tempos y bastante abrasivo, pero, dentro de todo, melódico y unitario. El disco contenía "Cut Your Hair", el single que sonó en las radios universitarias estadounidenses y que, melódico y amigable, hizo que la banda se hiciera conocida en círculos más extensos, y también que el album vendiera más de 160.000 copias en cuestión de meses (aún hoy, yo diría que la mayoría reconoce a Pavement por esta canción, y su clásico grito "CAREER, CAREER, CAREER"). Esta situación, para los estandares del indie de los '90, constituía un éxito repentino, inesperado y bastante intolerable para músicos que valoraban ser considerados 'de culto'. Aparentemente, la banda, y en particular Malkmus, se sintieron incómodos con el éxito repentino, y buscaron cambiar rápida y drásticamente la dirección en la que iban. Y aunque el cantante criticó esta interpretación cuando se publicó en la Rolling Stone, Malkmus sí reconoció que empezó un consumo intensivo de marihuana post Crooked-Rain, que lo llevó a componer el grueso del tercer disco de Pavement, Wowee Zowee (1995). El disco, cuyo título es una referencia a una de las más delirantes canciones de Frank Zappa & The Mothers of Invention, es una obra mucho más compleja, inaccesible y etérea que el anterior: cubre muchos más generos (hay rock pero hay punk, hay experimental), hay cambios repentinos de tiempos, hay acordes extraños, hay melodías extraviadas, hay mucha letra prácticamente narrada. Es, claramente, heredera de discos como Freak Out! (1966) y de la actitud mas general de Zappa (y de colegas como Captain Beefheart) de mezclar música con humor, improvisación y oposición a esquemas preestablecidos. De hecho, como se narra en el documental Slow Century (2002) dirigido por el mágico Lester Bangs, tanto Malkmus como Nastanovich tenían un background musical no sólo extenso sino también obscuro, campeado de música under, punk y new wave que en los '80 sólo estaba disponible través de discos de 7 pulgadas. Todo esto para decir que, como producto de su sinergia particular, Pavement fue cuanto menos una banda que no se sentía cómoda siendo arrastrada por la inercia, fuera aquella impuesta por 'la industria', por 'el éxito', o la autoimpuesta a partir de abusar de fórmulas propias.

Pavement: la banda que siempre quisiste integrar y hacer conocer a tus amigos y novias pero nunca lo lograste

Terror Twilight empezó a gestarse en 1998, en medio de las tensiones que se podría esperar de una banda conocida por sus miembros impredecibles y explosivos y que ya llevaba 9 años de discusiones y peleas internas. Después de dos semanas de intentar producir el disco de forma autónoma y fallar porque se la pasaban jugando al Scrabble y peleando y no grabando nada, la banda contrató a Nigel Godrich. Nigel, británico, era el productor estrella de Radiohead desde el EP "My Iron Lung" (1994), y entre otras cosas, también era el productor de Beck (Godrich sería responsable de la maravilla de Sea Change (2002) del rubio ojiceleste). Godrich ya era conocido en ese entonces por ser un productor metódico, obsesivo y complejo: su enfoque favorecía las composiciones 'multi-capas' (es decir, las canciones con varios niveles de instrumentación simultánea), con texturas complejas. Si bien esto no era incompatible con ninguna banda, es particularmente difícil imaginarla aplicada a Pavement, que, complejos a su manera, eran bastante directos, chocantes y abrasivos.

En efecto, esta cierta incompatibilidad se notó en la grabación y en la producción del disco: costó mucho dinero, llevó más tiempo que el que la banda tenía en mente, y Malkmus no estuvo muy conforme con el resultado final: en 2017 dijo que estaba "sobreproducido" y que no era todo lo que podría haber sido, lo que provocó que Godrich le respondiera que había hecho muchos sacrificios personales para sacar adelante el disco, entre ellos prácticamente mudarse al departamento de un amigo en Nueva York (donde se estaba produciendo el disco) y dormir en el piso por meses. [1] A pesar de esta reyerta, el disco terminó publicandose, y dio lugar a un tour de seis meses que, al terminar, vió desintegrarse a la banda.

En cuanto a producción, la influencia de Godrich es notable, especialmente en las partes más 'espaciales' y abiertas del disco, y tiene momentos más 'refinados' y pulidas que practicamente no existían en los discos anteriores -salvo algunas excepciones-. Pero, a la vez, y contra lo que se quejaba Malkmus, el disco es claramente una obra de Pavement. Sí, es un disco más pulido y centrado, dirigido, pero es difícil determinar cuanto de esto se debió a Godrich y cuanto a la propia madurez de la banda, que sólo cedía el control artístico si se lo lograban arrancaban de sus dedos frios y muertos.

Pavement. Cuando lo bizarro es auténtico

Cuando reproducimos Terror Twilight, estamos ante una obra formidable. Nos recibe de forma pacífica, como no lo hacía ninguno de los albumes previos de la banda: despues de un loop de bateria y un lead de guitarra muy espaciado, uno vaticina que se vienen cosas raras, experimentales. Pero, todo lo contrario, el disco nos da de lleno con una canción sencilla, calma, de 3 acordes, extraña a su manera: Spit on a Stranger, que como adicional, califica como una de las mejores canciones de amor abnegado e inevitable jamás grabadas (esa canción que querés que tu novia indie recuerde cuando se mencionan canciones de amor 'especiales': Honey I'm a prize and you're a catch / And we're a perfect match, / Like two bitter strangers). A partir de estos tres minutos, empieza un viaje que grita Pavement por todos lados, pero que ahora lo hace no por el choque y la violencia característica de discos previos, sino por la abrasividad lírica, la diversidad temática y la instrumentación a la vez experimental y ajustada, orgánica (gracias Nigel).

A no malinterpretar: hay excursiones sonoras violentas en el disco, y probablemente cuentan entre los mejores momentos de los 44 minutos que dura el album. Cream of Gold contiene el griterío desnudo de Malkmus, que en esa canción podría ser el primo de John Maus. Platform Blues, una de las joyas del disco, mezcla acordes bizarros con una oscilación dinámica de volúmenes que induce ansiedad a cualquier persona con sangre en las venas (cuando digan que Pixies y luego Nirvana definieron esta dinámica 'volumen bajo-alto-bajo', ustedes griten "PAVEMENT"). Que Jonny Greenwood de Radiohead toque la armónica en esta canción, con su estilo igualmente descontrolado, ayuda a tener el anti-blues perfecto, que en términos líricos narran lejanamente una crítica a las personas que son meros espectadores de la vida pero que, concretamente, tiene versos como "The lion reaps his own reward / Serengeti nightmare for the echo tour", y una de mis favoritas personales, "It's got the right to sit on that face / Well, it was put here for me because I am great / I've got the right to sit on that face / Everybody look at me and my wonderful place". Billie, la otra canción donde Greenwood toca la armónica, también tiene momentos de explosión maníaca, donde Malkmus grita, las gitarras gritan, la batería grita, y todos gritan.

Pero estas excursiones descontroladas, donde la banda satura los límites, son menores en comparación con las canciones más tranquilas, que podría decirse son incluso 'sensibles' y delicadas. You Are a Light es otra de las canciones que, con una lírica bizarra, habla desde el corazón del narrador y de forma honesta y desnuda a un potencial amante: "You are the light / The calm in the day", pero no sin antes hacer excursiones por los potenciales escenarios que el narrador quiere recorrer acompañado de su amor: "Who was it that said the world was mania, divorces, and spare change? / Let's lethalize our slingshots and swallow propane", y, otras de las joyas del disco, "Watch out for the gypsy children in electric dresses, they're insane / I hear they live in crematoriums and smoke your remains". Major Leagues es quizá la canción más coherente y sentimental del disco: sin exabruptos musicales ni modulaciones impredecibles, es una narración ambigua que puede estar hablando tanto de el ascenso de una liga mayor de futbol como de las grandes leguas que separan a los dos miembros de la relación cuyo deterioro es el centro de la canción. La obsesión de Malkmus con los deportes encuentra anclaje definitivo en la canción, cuyo video oficial también explota la metáfora de los deportes como relaciones amorosas: largas distancias, grandes esfuerzos, resultados inesperados, procesos coartados y caídas dolorosas: "Lip balm on watery clay / Relationships, hey hey hey / You kiss like a rock but you know I need it anyway".

Pavement.

Ann Don't Cry también lidia con las expectativas emocionales de una relación: una mujer que se queja en llantos de la frialdad y cerrazón de su pareja, y su pareja que responde que, como siempre sucede, su corazón "no una cosa completamente abierta" y que hay mucho más que esa simple caracterización de lo que sucede. En todas estas canciones, la voz de Malkmus es a veces dura, a veces suave: en todas aparece como ligeramente desinteresado, como aturdido, lo cual nos insta aún más a creerle en lo que interpretamos de sus canciones. No faltan, por supuesto, composiciones incoherentes y apenas comprensibles sobre morales discutibles (The Hexx) y sobre el efecto destructivo del consumismo y del capitalismo (See, Speak, Remember). Un verso de esta ultima canción le da de hecho nombre al disco: Terror Twilight es el corto lapso temporal entre el ocaso y el crepúsculo, y el momento más peligroso en el tráfico dado que es el momento cuando muchos conductores no encienden sus luces, provocando así la mayoría de los accidentes automovilísticos. Difícil no ver esto como una metáfora sobre el futuro de la banda, o más bien como una premonición del choque e incendio entre todos sus miembros, especialmente entre el estilo más bien reticente y dictatorial de Malkmus en cuanto a la dirección de la banda, y las pretensiones más democráticas de sus colegas.

El canto del cisne de la banda sería "Carrot Rope", una canción maníaca y surrealista que, quizá casualmente, es representativa del espíritu de la banda en general en varios sentidos. Es una canción cómica, "tongue in cheek" (que no se toma en serio), y que en una primera aproximación parece no tener sentido pero cuyos versos giran en torno a unos pocos elementos comunes, algunos de ellos perturbadores: hay imágenes cristianas, hay versos sobre mentiras blancas, hay connotaciones de efectos de drogas y hay deliberaciones por parte del narrador sobre si debe finalmente debe 'tirarle la bomba' (es decir, un peso excesivo) a su interlocutor, que es un pequeño niño, al que está persuadiendo de jugar con él a las '20 preguntas' y mostrarle "algo que tiene en el bolsillo y que no ha visto nadie más que él". Las connotaciones son múltiples: si el niño es una metáfora, la canción bien puede ser sobre una escapada de drogas o una venta de estupefacientes. Si el niño es literal, la canción es sobre un intento de abuso sexual, posiblemente por parte de un sacerdote. La ambigüedad total, que es un arte que Malkmus y compañía perfeccionaron hasta el punto de la obsesión, dan sus frutos porque, con la melodía animada de la canción, uno no puede evitar cantar alegre el estribillo a pesar de sus connotaciones: "A carrot rope / feed my thrill / I got beat by weather".

Carrot Rope: ¿Drogas, pederastía cristiana, o cambio climático?

El video oficial de la canción no ayuda a disipar las dudas: es una filmación casera de los miembros de la banda en rompevientos, riéndose y jugando entre ellos, como uno imaginaría que cinco tipos así no serían capaces de hacerlo. Finalmente, Carrot Rope también tiene lo que puede verse como un guiño a la propia disfuncionalidad de la banda: en varias estrofas es Kannenberg, el guitarrista de la banda, quien empieza a cantar los versos, sólo para ser repentinamente interrumpido por Malkmus, que continúa cantando como primera voz. Una dinámica de participación coartada que, a pesar de tener consecuencias negativas, fue el origen de gran parte de la dinámica que empujó a la banda por una década.

La historia de los manuales nos dice que durante la grabación de Terror Twilight, la renuencia de Malkmus de incluir canciones de sus colegas (especialmente las de Nastanovich) deterioraron aun más lo que ya era una relación tensa y frágil. Adicionalmente, los otros miembros sintieron que Godrich le prestaba más atención a Malkmus, produciendo mejor sus partes, a diferencia de lo que hacía con los miembros restantes. Este tipo de fricciones fue tipico de Pavement desde tan temprano como la grabación de su segundo disco. Luego de su último concierto en noviembre de 1999, Pavement publicó una nota a través de su discográfica que decía, textualmente, que la banda se retiraba del futuro cercano para "1. empezar familias, 2. navegar alrededor del mundo, 3. meterse en la industria de las computadoras, 4. bailar, 5. conseguir algo de atención".

Y así fue: con excepción de una breve reunión en 2010, Pavement dejó de existir a fines de 1999. Terror Twilight es en cierto sentido un disco de despedida: es producto de una banda que ya está atravesada por grietas y fracturas y ante la cual la posibilidad de la separación es más un hecho que un temor. Podría decirse que es el momento de claridad antes de la catástrofe, y quizá eso es lo que hace que sea un disco atemporal, en el sentido de crónicamente contemporáneo. En otras palabras, es un disco atravesado por perspectivas hiper-realistas y por perspectivas irónicas y abrasivas sobre el amor, la duda y los temores mundanos: es un album producto y testigo de la furia, de la frustración y de la bohemia inconexa de una banda que en la historia de la música ha sido el equivalente de un padre amoroso pero borracho y golpeador. Estrambóticos, impredecibles, admiradores de la música del subsuelo pero igualmente teniendo amoríos con R.E.M., Beck, Radiohead y Echo & The Bunnymen, Pavement fue, en definitiva y más que una banda de culto, una anti-banda: un grupo en los márgenes de la música indie de los '90. Terror Twilight da fe de todo eso y más. No se puede estar más a la izquierda del dial sin que la perilla de la radio se trabe.

[1]: Es totalmente recomendable la entrevista de Pitchfork a Malkmus, donde describe el proceso de grabación y producción de Terror Twilight: https://pitchfork.com/news/71720-stephen-malkmus-opens-up-about-recording-overproduced-terror-twilight-with-nigel-godrich/

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